Bajo ese hashtag, #fiestaselfrago14, hemos etiquetado la evolución de las mejores fiestas del mundo tanto en Twitter como en Facebook. Pero por si no lo has podido seguir, aquí llega el balance de estos cinco días que nos han mantenido en un estado de alegría constante. ¿El resumen? Las protagonistas han sido la colaboración y la armonía, que han echado una mano a la fantástica junta de este año, que han sabido mover los hilos de estas fiestas con la maestría de los más veteranos.
Es por todos conocido que aunque oficialmente las fiestas de El Frago comienzan siempre en miércoles, el martes hay tantas ganas de jolgorio que se prepara la primera juerga de las muchas que vendrán. Además, bien hay que celebrar que los montadores fragolinos consiguen que la Plaza tome su forma de las fiestas…
El pasado martes, la noche se reservó para los personajes más terroríficos de El Frago en una fiesta del horror que hizo temblar a todos los presentes.
El ganador del disfraz más terrorífico no fue revelado hasta el domingo, en la entrega de trofeos, y podéis averiguarlo en este otro post. Terroríficamente horroroso.
Llegó el miércoles:
¡Y llegaron las fiestas de El Frago! ¡Por fin! Después de todo un año esperando, volvieron las migas, los disfraces, el pregón… ¡y el baile! Al ritmo de la joven charanga lunera «El corroncho» salieron las primeras sartenes de migas, a cual más buena; les siguieron las longanizas, chistorras y pancetas. Y una vez con el estómago lleno, llegaba el momento de ir a disfrazarse.
¡Menudos personajes aparecieron por la Plaza a partir de las once de la noche! Cocineros y alimentos con jurado y todo, al más puro estilo «MasterChef», globos, superhéroes, frailes… y hasta una panda de gitanos que más tarde montarían una auténtica boda gitana, con prueba del pañuelo y todo.
La Peña Atlética, eufórica por ser los pregoneros en un año sin duda importante para el Atlético de Madrid, nos deseó a todos unas felices fiestas con el mismo espíritu de equipo que el que ellos admiran, con una jota especialmente compuesta para la ocasión incluida. Los fragolinos desataron entonces sus ganas de bailar, primero en la Plaza y más tarde en el Chiringuito; estupenda recena de pasta mediante.
Luego amaneció, dando paso al jueves de fiestas y a los primeros actos de la mañana, destinados a los más pequeños. Los chavales desde los 0 hasta alrededor de los 25 años se lo pasaron como niños en las cucañas; unas cucañas como las de antes, de esas en las que hay que ponerse bañador para participar y que luego tendrás que lavar porque se llena de huevo, harina, cola cao… todo ello entre remojón y remojón con cubos, manguera, globos, etc.; y caramelos, muchos caramelos.
La tarde fue la más dura de todas, deportivamente hablando, porque llegó la I Crono-escalada fragolina, una campetición en la que los ciclistas tenían que pedalear todo lo rápido que pudieran, desde la Arboleda hasta Santa Ana. El calor de la tarde del jueves hizo que la subida fuera todo lo cuesta arriba que podía hacerse, pero todos los ciclistas, grandes y pequeños, alzaron la cima pese a los sudores.
Pero el ritmo no podía decaer: a continuación, la primera sesión de tarde de baile de las fiestas, con la Orquesta Valkiria, que tan buenos ratos nos hace pasar siempre. Y concurso de tortilla de patata, que destacó más por la calidad que por la cantidad….
Y después baile, baile y más baile (concurso reñidísimo incluido) hasta que nos encontramos en el viernes de fiestas:
El concurso de mulas mecánicas tuvo que ser aplazado hasta el año que viene porque no hubo tanta participación como en anteriores ediciones, así que sigue habiendo un ganador indiscutible…
Pero lo que sí hubo fueron hinchables acuáticos y terrestres, para niños y mayores; y concurso de tragaflanes, en el que también sigue habiendo un ganador indiscutible…
Por la noche, todos nos vimos sorprendidos por la calidad de la Orquesta MQC, que con su despliegue de medios nos abrumaba y animaba a bailar sin cesar; tanto a los fragolinos como a los invitados llegados de todos los rincones de las Cinco Villas y parte del extranjero con muchas ganas de fiesta.
Las ganas de fiesta de la noche dieron paso al día y a… ¡la charanga! Siete años hacía que no había una charanga por la mañana y claro, los fragolinos tenían ganas de recuperarla. Tras la recena de cosas con tomate, fueron desfilando los atuendos listos para recibir manchas de todo tipo y a las ocho en punto hacía su entrada en la Plaza la charanga más joven de Luna, «El Corroncho», entre el alboroto de los supervivientes de la noche.
A todo esto, que el sábado de fiestas amanecía -aparte de con la charanga- con una noticia: ¡nuestras fiestas eran las protagonistas de la sección de Fiestas del Heraldo! Y es que no es de extrañar que un programa de fiestas tan original como el nuestro merezca la atención de los medios porque, ¿dónde se han visto unas fiestas mejores que las de El Frago?
El sábado siguió con el vermú, la tradicional ronda pasacalles, unos trepidantes partidos de fútbol contra los chicos de Luna y una sesión de tarde de la Orquesta Oceanic acompañada de los sabrosos Txirinpintxos.
Y así fue como llegamos a uno de los momentos más esperados de las fiestas: el bingo de los 1.000 euros. Que en el último momento se transformó en los dos bingos de los 500 euros, pero ambos premios se quedaron en El Frago, a pesar de que la Plaza estaba llena de fiesteros de otros pueblos.
Hicimos todo lo que pudimos por alargar ese momento, pero finalmente llegó el domingo de fiestas… Pobres de nosotros… La última oportunidad de saborear el vermú de la «Peña El Puchero», de comer paella todos juntos, el momento de jugar las finales de los campeonatos… Pero el domingo también significa tarde de jotas aragonesas:
Llegó el último conjunto: el paradójico trío Dani Y Bea. A las doce explotó la traca de fin de fiestas, acompañada por los lamentos de los fragolinos, y nuestro fantástico presentador de la gala de la entrega de trofeos se subió al escenario. ¿Qué ocurrió en la hora siguiente? Eso tendréis que leerlo en el siguiente post…
Lo que sí podemos deciros es lo que pasó a partir de la una de la madrugada aproximadamente: que los fragolinos exprimieron sus últimas fuerzas para conseguir una última noche de fiestas inolvidable, porque así es como son los domingos de fiestas en El Frago.
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Unas fiestas estupendas para una gente extraordinaria
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