Se suponía que el Día del Pilar iba a ser un día de lluvia, pero resulta que amaneció sin agua. Todo el mundo se esperaba que el diluvio empezara de un momento a otro, pero el caso es que llegaba la tarde y no caían más que algunas gotas sueltas. Hasta que llegó el turno a El Frago de incorporarse en la ofrenda, y entonces estuvo lloviendo durante más de dos días. Con nosotros no hay medias tintas.
Pero pese a todo, los baturros fragolinos seguían estando igual de guapos, y con una ofrenda más sacrificada que la mayoría, lo cual seguro que tiene que traer suerte y protección de La Virgen del Pilar.
¿Queréis ver fotos?

Preciosa la cesta, ¿la habéis visto ya a los pies del manto de la Virgen?

Los baturros fragolinos fueron llegando con sus mejores galas a la merienda en el Paseo de la Constitución, cogiendo fuerzas para lo que vendría después…

Justo antes de salir en la Ofrenda, cuando todavía no llovía, iba aumentando el grupo.
¡Qué valientes! Aguantaron hasta el final. Y eso que les dieron la salida muy tarde, pasadas las ocho.