Iba a empezar lamentándonos sobre la pena que da que hayan pasado nuestras últimas fiestas del año, pero mejor contamos y recordamos lo bien que nos lo hemos pasado, ¿a que sí? Además que ahora tenemos pendiente ese super viaje a PortAventura en Halloween que promete mucho!!
Llegamos el viernes y muchos ya lo teníamos todo hecho: el equipo de los jóvenes forzudos y trabajadores ya habían montado la barra y el entablao, ¡así da gusto! Así que nos tomamos la cervecica de saludo, cenamos, nos tomamos el café… y así esperábamos a que comenzase la marcha:
Hasta que comenzó y, como podéis ver, estábamos poquitos, pero la cosa se animó poco a poco, entre pollitos, al compás del chacachá y movimientos sexys.
Nos fuimos prontito a dormir (algunos dirán que era tarde, pero mienten), que el día siguiente venía movidito con el vermú en la Plaza, seguido de unos ranchos populares que lo llenaron todo de vida:
Y a lo que nos dimos cuenta, la Orquesta Texas ya estaba montando…
Y mientras íbamos descubriendo con un popurrí de éxitos de ayer y hoy lo buenos que eran estos chicos, también llenábamos el estómago con esas patatas con sepia tan buenas que prepararon los chicos de la «Peña Ajoderla», entre otras suculentas elaboraciones.
Así, sin darnos cuenta, terminaba la sesión de tarde y comenzaba la de noche, con una Orquesta Texas fabulosa que nos hizo disfrutar de la música durante cada canción.
Hasta que llegaron las últimas de la noche, las canciones míticas, esas que nos hacen saltar casi casi hasta el cielo…
El domingo, la fiesta dio paso a la tradición, con la preciosa misa baturra, protagonizada por una ofrenda de flores a la Virgen del Rosario llena de color y devoción porque, no nos olvidemos, estas fiestas son en su honor, y por eso el broche de oro va dedicado a ella.
El problema del domingo está en la vuelta al mundo real. Y el lunes ya ni os cuento. ¿Cuántos de vosotros estáis ahora resfriados? Ahora toca recuperarse para los días de Fiestas del Pilar que vienen, en los que por cierto volveremos a participar en la ofrenda (os lo cuento muy pronto, si no os habéis enterado ya). Pero seguro, seguro, que pese a lo muy cansados que nos encontremos ahora, estamos de acuerdo en una cosa:
Ha merecido la pena volver a reír como solo lo hacemos en las Fiestas de El Frago.
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